De los pensamientos de Eclesiatés, omos una parbola sobre un hombre que ha trabajado mucho para tener muchas cosas, y cuando él muere, él tendr que dejar todas las cosas a un otro que no ha trabajado ninguna para ellas. El autor exclama, “¡Vana ilusin, vana ilusin! ¡Todo es vana ilusin! ”

La liturga nos mueve al salmo donde el salmista sugere que debemos olvidar sobre las cosas, las ricas, y escuchamos a la voz de Dios. El salmista dice que si hacemos este aprendemos lo que en verdad es importa.

En su carta a los Colosenses, San Pablo promete que si bucamos las cosas del cielo en vez de las riquezas del mundo, un da estaremos con Cristo en la gloria del cielo. Entonces, Pablo nos da una lista de cosas que debemos practicar como la moralidad, la puridad, y la verdad. Si hacemos estas cosas nos pondremos una “nueva naturaleza”.

Del evangelio omos las palabras de Jesús mismo. Al principio nos dice que debemos tener cuidado del avarcia. Todas necesitamos ser ricos, pero no ricos con cosas, sino ricos en el amor de Dios y nuestros vecinos.

Entonces Jesús la dice a la muchedumbre una parbola sobre el granjero rico que construy los graneros pensando que él tendr muchos años para gozar de las ricas. Pero aquella noche el hombre muri. Y Jesús usa este cuento para recordarnos que lo que es importa es el tesero que tenemos en nuestra relaciones con Dios y con el pueblo de Dios.

En otra palabras esta bien si tenemos riquezas aqu en la tierra, pero es ms importa como las usamos. Es importa que las compartimos con los otros que las necesitan. Necesitamos compartir no solo nuestra moneda, pero también nuestro tiempo y nuestra energa para ayudar a otras personas. Solamente in esta manera podemos expectar las benediciones de Dios.

Tal vez hoy cada de nosotros debemos parar por unos minutos y preguntarnos, “¿Cmo voy a ayudar al otro o los otros en la semana que viene?” Y a la terminacin de la semana debemos preguntarnos, “¿Hice yo

Durante la semana pasada lo que yo quera hacer por los otros?”